DESINSERCIONES Y LAZO SOCIAL
Formamos parte de una sociedad angustiada, inquieta, desamparada que busca encontrar una
certeza científica, algo en lo que apoyarse, un suelo firme.
Osasun Mentalaren Elkartea, integrada en Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Formamos parte de una sociedad angustiada, inquieta, desamparada que busca encontrar una
certeza científica, algo en lo que apoyarse, un suelo firme.
Hacer medicamentos para personas sanas era un viejo deseo de los laboratorios farmacéuticos, ahora el complejo médico-técnico-farmacéutico, aliado con los medios y con el poder político va más allá, fabricando las enfermedades.
Tras más de un año de pandemia nos encontramos en un momento clave ante el reto, nunca antes enfrentado, de la vacunación masiva de la población en tiempo acelerado. Se evidencia desconcierto en las personas, pero también en muchas organizaciones. Persisten incertidumbres derivadas de la limitación de nuestros conocimientos sobre el virus SARS-COV-2. Ante ello se hace patente la vulnerabilidad física y mental de las personas y también la fragilidad de las instituciones. Esto último se ha manifestado claramente con el desbordamiento de los sistemas sanitario y sociosanitario, focalizado este último en las residencias de mayores.
Conocedores del derecho a la salud de las personas privadas de libertad, expresamos la preocupación por la falta de preparación de las administraciones penitenciarias para hacer frente a la propagación del COVID-19 en el continente europeo y, en la mayoría de los países, por la falta de consideración de la situación específica de los centros penitenciarios en los planes estatales de prevención y en los respectivos sistemas de salud pública. Las cárceles son amplificadores de la propagación de enfermedades infecciosas (Lancet, 2016). Sin embargo, aunque los niveles de exposición y respuesta al COVID-19 varían de un país a otro, debido a las grandes disparidades en las características de los sistemas penitenciarios y el desempeño de los sistemas de salud nacionales, parece que, la cuestión de las prisiones se ignora a nivel europeo, a pesar de que las prisiones son lugares con un alto riesgo de transmisión.
Hoy sentimos vergüenza por el retroceso en los derechos humanos que supone la nueva ley del aborto en este país. Obligar a las mujeres que deciden una interrupción del embarazo por la razón que fuere y que solo les atañe …